¡Felicidades! No es lo que esperabas
Aclaración: Antes de comenzar con esta historia, quiero aclarar que ya sé que el género con el que nos identificamos no necesariamente está vinculado a nuestra anatomía al nacer y que los estereotipos de género son cosa del pasado. Creo que todos deberían ser libres de ser quienes quieran ser y expresar su verdadera identidad como quieran hacerlo, preferentemente antes de pasar 20 años casados con una Kardashian.
Personalmente me identifico como mujer y le doy la bienvenida a todo aquel que quiera sumarse al equipo. Contamos con una variedad de nuevas opciones de carreras y estilos de vida para elegir. Para quienes disfrutan del trabajo voluntario no remunerado y sin vacaciones, les sugerimos la maternidad. Quienes no cuenten con un trastorno de ansiedad, uno se les será asignado. Y si algún aspecto de ser mujer les resulta complicado, no teman, un hombre se lo explicará a la brevedad. Y recuerden sonreír más.
Toda mi vida, siempre que soñé con ser mamá, me imaginé teniendo hijas. Quería que tuviéramos el vínculo tradicional de madre e hija; que compartiéramos hobbies y ropa, nos contáramos secretos y eventualmente nos hiciéramos mejores amigas después de intercambiar cuerpos como en Freaky Friday.
Cuando quedé embarazada por primera vez, no podía esperar para saber el sexo del bebé. Por lo que me hice ese análisis que te dice el sexo de tu bebé detectando la presencia del cromosoma Y en tu sangre, el cual determina que el bebé es un varón al darle la necesidad de elaborar su propia cerveza artesanal.
En realidad, la prueba no era necesaria, porque yo sabía que iba a tener una nena, lo sentía en mis huesos. Y cuando finalmente llegaron los resultados, confirmé que sí, de hecho, iba a tener un varón.
Resulta que mi instinto maternal no es el mejor, lo cual también explica por qué siempre estoy tan segura de que mi hijo no se hizo caca que le reviso el pañal con el dedo y a esta altura sería más fácil que directamente me ampute el brazo entero.
Estaba en el trabajo cuando me llegó el email con el resultado y pensé que sería mejor esperar hasta llegar a casa para abrirlo, así que esperé exactamente 10 segundos y lo abrí igual. Leí "Felicitaciones, es un varón", y, sorprendentemente, me lo tomé super bien, en el sentido de que me puse a llorar en el baño.
Estaba decepcionada.
Y ya se que está mal decirlo. Estamos acostumbrados a escuchar a embarazadas decir cosas como "No importa, mientras sea sanito", "Todos los bebés son hermosos" o "¿Por qué tengo migas en el soutien?", pero nunca nada que las haga parecer desagradecidas o banales.
Y es justamente por eso que quiero compartir esta historia. Porque la decepción de género es algo real que sienten muchas futuras mamás y papás. Y está bien, es normal. Uno tenía esta idea en su cabeza de cómo se iba a desarrollar su historia y exactamente cómo sería su futuro y de repente, sorpresa, Bruce Willis está muerto. Nadie se lo espera.
Y también quiero compartir mi historia para asegurarles a esos futuros padres que más allá de cómo se sientan ahora, van a amar a ese bebé, se los prometo. Yo amé a mi hijo más que a nadie en el mundo desde el momento mágico en que el médico me puso sobre el pecho y se hizo caca, y no podría imaginarlo jamás siendo otra persona.
A ver, ¿a veces desearía que fuera una versión de sí mismo que amara toda la comida que le doy, durmiera tranquilo en su cama y siempre me hiciera caso? Obvio, sí, pero ¿cuáles eran las chances de parir un Golden Retriever?
Aún así, es dulce y gracioso, y es la mejor parte de cada día. Y es super apegado a mí, siempre corriendo a mis brazos en busca de abrazos y besos cuando se cae o se siente triste, y en esos momentos yo sé que soy lo más importante en su mundo... a menos que vengan sus abuelos, o que vea un perro, o cualquier video de YouTube con un hámster, o una piedra.
Así que a todas las parejas que están por tener hijos, primero que nada, felicitaciones. Están a punto de ser padres, el trabajo más noble e ingrato que uno puede tener junto a los maestros, las enfermeras y el miembro de la familia que de hecho paga la cuenta de Netflix.
Y ya sea que vayan a tener un varón o una nena, no importa. Todos los niños vienen con un amor infinito, muchos desafíos, una producción interminable de ropa sucia y cero intenciones de dejarte ir al baño solo.
Les va a encantar.